“Los políticos y los sacerdotes tienen un interés personal
en mantener a las personas del mundo no conscientes del futuro. La razón es muy
simple: si las personas son conscientes del futuro y de la oscuridad que viene,
la muerte que viene cada vez más cerca, va a haber un tremendo trastorno en la
conciencia del hombre en todo el mundo. Y los políticos y los sacerdotes, que
han dominado la humanidad durante milenios, saben perfectamente bien que no
pueden resolver ninguno de los problemas que va a enfrentar la humanidad en el
futuro. Ellos son absolutamente impotentes. Los problemas son demasiado grandes
y son demasiado pequeños. La única forma que ellos tienen para no dar la cara
es impidiendo que las personas sean conscientes de lo que va a pasar mañana.
Quiero aclarar también que los políticos atraen las mentes
más mediocres del mundo. No atraen a los Albert Einstein, Bertrand Russell,
Jean-Paul Sartre, Rabindranath Tagores... No, atraen a un cierto tipo de
personas. Los sicólogos están conscientes del hecho de que las personas que
están sufriendo de complejo de inferioridad son personas que se sienten
atraídas por la política, porque la política les puede dar poder. Y a través
del poder pueden convencerse a sí mismos y a otros de que no son inferiores,
que no son mediocres.
Pero el lograr el poder simplemente le da lo mismo a su
inteligencia. Así el mundo entero está regido por mediocres cuando tenemos
muchas personas inteligentes, científicos, artistas, músicos, poetas,
bailarines, pintores todo tipo de personas sensibles y creativas, la flor y
nata de la humanidad, pero ellos no están en el poder. Ellos pueden cambiar
todo el tejido de la historia de la humanidad, ellos pueden cambiar la
oscuridad del futuro en una hermosa mañana, una salida del sol. Pero
desafortunadamente el poder está en las manos de las personas equivocadas y a
las personas inteligentes les falta poder…
El político no es la parte más inteligente de la humanidad.
De lo contrario, no habría habido cinco mil guerras en tres mil años. El
político ha destruido, pero no ha creado nada. Es el político quien está
creando armas atómicas, misiles nucleares. ¿Con qué cara puede él hacer que las
personas en el mundo estén conscientes que el futuro es oscuro, miserable?
Quizás ya no hay más futuro, quizás estamos sentados en un volcán que puede
entrar en erupción en cualquier momento…Hay cierta locura detrás de esto. La locura es que el
político puede vivir sólo si hay guerra…
Los sacerdotes también están en una profunda conspiración
con los políticos. Es una conspiración de miles de años: el sacerdote protege
al político; el político protege al sacerdote. Esto se debe entender”.
The Sword and the Lotus