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El hombre que conoce el amor, así como el estremecimiento y el éxtasis del amor, no será competitivo. Estará feliz si puede conseguir su pan diario.

“Si la sociedad se permite libertad total con relación al gozo, nadie será destructivo.

Las personas que aman bellamente no pueden nunca ser destructivas. La gente que puede amar bellamente y gozar de la vida tampoco es competitiva. Ése es el problema.

Por eso, las personas primitivas no son tan competitivas. Están gozando de la vida. ¿Para qué molestarse en tener una casa más grande? ¿Para qué molestarse en tener una cuenta más grande en el banco? ¿Para qué? Estás contento con tu mujer o con tu hombre y estás danzando con la vida. ¿Quién va a querer sentarse en el mercado por horas y horas, todos los días, todos los años, esperando poder tener una gran cuenta en el banco al final, para poder retirarse y gozar? Ese día nunca viene. No puede llegar, porque toda tu vida te has mantenido como un ascético. Recuerda, la gente de negocios es gente ascética. Se han consagrado por completo al dinero.

El hombre que conoce el amor, así como el estremecimiento y el éxtasis del amor, no será competitivo.  Estará feliz si puede conseguir su pan diario.  Ese es el sentido de la oración de Jesús: Danos el pan de cada día.  Eso es más que suficiente. Ahora, Jesús parece que fuera un tonto. Debió haber pedido: 'Danos una cuenta bancaria más grande'.  Pidió solo el pan diario. Un hombre gozoso nunca pide más que eso. El gozo da mucha plenitud.

Solamente los seres que no están plenos son competitivos, porque piensan que la vida no está aquí, que está allá. 'Tengo que llegar a Delhi y volverme presidente',  o a la casa Blanca y volverme esto o aquello. 'Tengo que ir allá, el gozo está allá'  ―ya que saben que aquí no hay gozo, están siempre a las carreras, yendo de aquí para allá. Están siempre en movimiento sin nunca llegar.  Y el hombre que conoce el gozo, está aquí. ¿Por qué tendría que ir a Delhi? ¿Para qué?  Está totalmente feliz aquí y ahora.  Sus necesidades son muy pequeñas.  No tiene deseos.  Tiene necesidades ciertamente, pero no tiene deseos.  Sus necesidades pueden ser satisfechas, pero los deseos nunca.  Las necesidades son naturales, los deseos son pervertidos”.

Osho, The Diamond Sutra