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No te enseño ninguna dieta sino que sólo te enseño a ser consciente. Come con plena consciencia, come meditativamente.

"En lo que yo insisto no es en la dieta sino en la consciencia. Come bien, disfruta tremendamente haciéndolo. Recuerda, la regla es: si no disfrutas de tu comida tendrás que comer más para compensar. Si disfrutas de tu comida comerás menos, no tendrás necesidad de compensar. Si comes lentamente, saboreando cada pequeño bocado y masticándolo bien, te encontrarás completamente absorto haciéndolo. Comer debería ser una meditación...

Escucha a tu cuerpo. El cuerpo no es tu enemigo; y cuando el cuerpo diga algo, actúa en consecuencia, porque el cuerpo posee su propia sabiduría. No lo perturbes, no te enredes con lo mental. Es por esto que no te enseño ninguna dieta sino que sólo te enseño a ser consciente. Come con plena consciencia, come meditativamente, y entonces nunca comerás demasiado y nunca comerás demasiado poco. Demasiado es tan malo como demasiado poco... La naturaleza quiere que estés en armonía, que te mantengas en equilibrio, que estés en el medio, ni más ni menos. No te vayas a los extremos.

Irse a los extremos es ser un neurótico. De modo que hay dos tipos de neuróticos respecto de la comida. Unos son los que no escuchan el cuerpo y siguen comiendo: el cuerpo llora y grita "¡alto!" pero ellos siguen. Son gente neurótica. Y luego está la otra variedad: el cuerpo está gritando "¡tengo hambre!" y ellos siguen ayunando...

Una persona religiosa es aquella que está equilibrada, que haga lo que haga conserva siempre el término medio. Nunca se va a un extremo porque todos los extremos crean tensión y ansiedad. Cuando comes demasiado hay ansiedad porque el cuerpo está sobrecargado. Cuando no comes lo suficiente hay ansiedad porque el cuerpo está hambriento. Una persona religiosa es aquella que sabe dónde detenerse; y eso es algo que debería aflorar desde tu propia consciencia, no en base a ninguna enseñanza en particular..."

Osho, De la medicación a la meditación