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El político es sucio, feo, por la sencilla razón de que no tiene un espejo. Sólo es posible tener un espejo con una conciencia elevada.

"....cuando la religión madure  --la religión en singular, igual que la ciencia en singular--, sería tonto dejarla separada de la ciencia. Entonces habrá que traducir la religión en lo que realmente es: entonces es amor, entonces es comprensión, entonces es silencio, paz. Entonces es sabiduría, capacidad de meditación, entonces es inteligencia, inteligencia pura. Todas estas cualidades, valores, enriquecen la vida y enriquecerán al Estado. Con la simple presencia de una religión auténtica, los políticos comenzarán a abandonar sus métodos sucios, sus políticas arteras. Empezarán a sentirse avergonzados. La religión será como un espejo y los políticos verán su propio rostro, el que nunca han visto porque para ver el propio rostro se necesita un espejo.

El político es sucio, feo, por la sencilla razón de que no tiene un espejo. Sólo es posible tener un espejo con una conciencia elevada. Tiene que ser un espejo de conciencia; no sirve un espejo ordinario. No es el rostro físico el que tienen que ver, sino el alma corrupta.

Cuando la verdadera religión madure, se convertirá, sin  que nadie tenga que esforzarse, en la luz de todos: de los maestros en las escuelas, en las facultades, en las universidades; del Estado, de los hospitales. Una verdadera religión está destinada a sobrepujar todos los valores de la vida".

OSHO, Creencia, duda y fanatismo. ¿Es esencial tener algo en que creer?